sábado, enero 31, 2009

SIN REPAROS


 
 
 
 
 
A las doce de la noche, alguien enciende un cigarrilo, apaga mis ojos y los echa a dormir sobre el rocío impiadoso del silencio, bajo mi desnuda soledad, hay una boca que aguarda hambrienta de tu todo y devora ese tiempo que es mío "absolutamente".


A las doce, alguien te ofrece su selecta y extravagante lujuria sin reparos, te lame los sueños, los contornos de tu vida, e inspira pasiones irrefrenables sobre tu húmeda piel, sutilmente te somete a su antojo y desfalleces, bajo su descontrolada morbosidad lamiendo de su sexo.