Que
ninguno reduzca sus lágrimas de acero,
que
exhiban las guadañas el brillo de la muerte,
que
las aplanadoras se eleven y rescaten
del
olvido, el deceso absurdo del
diccionario.
Que
nadie modifique las calles, los acervos,
ni
las luces o sombras de las mentes perversas,
para
que todos lloren la impronta innecesaria,
de
los cuadros hostíles, que presenta la vida.
Que
jamás la justicia se incline ante los bífidos,
rastreros
y traidores, que encierren tras las rejas
a
los viles, que lustran con sus lenguas indebles
las
aceras impunes de “dioses” terrestres.
Pero
que nadie diga que no ha sido advertido
a
burlar los vocablos, a plantar estandartes,
a
pregonar los sueños y a iluminar las mentes,
que
no digan que nadie se lo ha manifestado.
3 comentarios:
Tu poema muy original, lleno de romance, toca el alma del lector. Mis felicitaciones.
Hugo Dante Tortorelli
TE AMO... TE AMO
La vida, llevaba fuego,
eras mas fuerte, eras pensamiento,
y yo, ante tu seno, tierno, ajeno,
te ame un dia, hoy te recuerdo.
Y digo eras vida, no solo invierno
fuiste semilla en todo mi cuerpo;
mientras el frio fragil, sereno,
cubrio de espanto solo el terreno.
Te extrano, te anoro, te quiero
cada sentido, dejo asi recado;
solo que tu resististe al pecado,
hoy solo estoy erguido, te amo... te amo.
Hugo Dante Tortorelli
Muchísimas gracias Hugo, qué gusto me da volver a saber de vos.
Besos.
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