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EL MAR CALMO DE TUS OJOS
En las mañanas, descolgabas mis ojos
que dormìan suspendidos de la luna,
y los llevabas a pasear por tus calles,
les mostrabas tu gente y tu abecedario.
La noche, aùn vigilaba sonàmbula
los restos de unos amores taciturnos,
embriagados de sexo y ojeras humeantes,
y un poste de luz lloraba el desengaño.
A lejos, un tango muerto de pasiòn
desangraba sus letras desde el olvido,
y un semàforo le guiñaba sus ojos
sensualmente a las calandrias mañaneras.
De vez en cuando llegaba la nostalgia
a mis oìdos, y un sollozo incendiado
murmuraba pasiòn de whisky en la esquina,
y una làmpara encendida lo besaba.
Cuando descolgabas mis ojos de la luna
para llevarlos a pasear por Buenos Aires
y en algùn recoveco nos besàbamos,
las mariposas libaban nuestros sueños.
Para llevàrselos de un vuelo a los pàjaros
del alba, y al gato gris que sueña duendes,
la brisa que descendìa hasta nosotros
nos seducìa presentando batalla.
El sol, muerto de celos nos vigilaba,
e impacientemente buscaba a la luna
que habìa marchado con la noche a otros mundos,
sudando y de rabia, pisaba sus penas.
Cuando descolgabas mis ojos dormidos,
y el mar calmo de tus ojos fenecìa
en mi corazòn no dormido,
valìa la pena amar y ser amada.
SANDRA IGNACCOLO
Derechos de autor
2 comentarios:
mi cara amica, en esta poesia el alma se eleva hasta el cielo. hermosa forma de elevarla.
besos
Ciao carissima sorella, grazie per tutto, baci a te.
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