Vendrás a recoger en cada primavera
caracolas de ensueño, metáfora sombría,
esperanzas muertas en horas de quimera,
vendràs a contemplar mi eterna profecía.
Abrazando en mis aguas oceánicos ropajes
nostálgico naufragio, madreperla en acecho,
fundirás mi recuerdo en futiles oleajes
cansado de olvidos, volveràs a mi lecho.
Cuando vuelvas, amor, perderàs la mirada
bajo el manto fortuito inundado de brisa.
Te atraparàn mis olas, mi arena agotada
seràs mi sol naciente, mi viento sin prisa.
Y vendrás, golondrina errante y consternada,
a morir en mi playa, paciente de espuma...
un siglo te esperò mi soledad labrada
Con mis brazos de hiedras, te convertirè en bruma.
caracolas de ensueño, metáfora sombría,
esperanzas muertas en horas de quimera,
vendràs a contemplar mi eterna profecía.
Abrazando en mis aguas oceánicos ropajes
nostálgico naufragio, madreperla en acecho,
fundirás mi recuerdo en futiles oleajes
cansado de olvidos, volveràs a mi lecho.
Cuando vuelvas, amor, perderàs la mirada
bajo el manto fortuito inundado de brisa.
Te atraparàn mis olas, mi arena agotada
seràs mi sol naciente, mi viento sin prisa.
Y vendrás, golondrina errante y consternada,
a morir en mi playa, paciente de espuma...
un siglo te esperò mi soledad labrada
Con mis brazos de hiedras, te convertirè en bruma.
Sandra Ignaccolo
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