DESDE EL ABISMO
Desde la ausencia... hemos abierto un miserable abismo y nos dejamos morir en medio de la nada. Concebimos voces labradas de adioses interminables e indefinidos, y matamos dolorosamente nuestro amor.
Desde hoy, recogerè todos los ayeres y los absurdos mañanas, para remontarlos hacia la vasta memoria del pasado, ejecutarè tu nombre contra los relojes, para no esperar màs las horas del encuentro, mis noches de insomnio no desnudaràn màs tu rostro quimèrico. Desde que te has ido mi cuerpo socava lontananzas, construye fracasos y mi vida es un laberinto de desoladas emociones.
Desde hoy… levantarè muros para que no retornes, destruirè los puentes que nos unieron para que no me tortures de manera despiadada. Para que no me hiera la frialdad de tu mirada, ni me azote tu mano que fragùa la batalla del amor y desamor, gelidificarè mis sueños, arrastrarè tu ausencia hacia la nada, me irè lejos para deshacerme de tu olvido, para no encontrarte en ninguna palabra.
Me bastaràn otros ojos, otra boca y otras manos para no echarte de menos. Pero no quiero que te nombren otros labios, ni que otros brazos te cobijen, no quiero que te fundas de pasiòn y deseo en otros sueños. Por favor dejame ser tu ùnica esperanza, tu agonìa y tu ùnica paràbola.
Sandra Ignaccolo
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